La pareja no tiene la capacidad de hacernos infelices, aunque en ocasiones parezca que sí, especialmente en momentos de dolor, pérdida, conflictos, desencuentros o frustración. en una relación podemos vivir un amplio abanico de sentimientos, entre ellos el sufrimiento y el desamor, pero no tenemos que ser víctimas de ello, ya que nuestro camino y nuestro
destino sigue siempre íntegros en nuestras manos. No sólo importa lo que vivimos, sino nuestra actitud ante lo que vivimos. Ésa es una buena noticia: a pesar de los malos momentos, en realidad nadie tiene el poder de hacerte desafortunado/a, pues siempre queda en tus manos decidir cómo vas a vivir las cosas, el sentido que le darás, y la posibilidad de encausarlas en la dirección de lo positivo, útil y en la programación de sumar.
No parece buen negocio hacer depender nuestro bienestar de otro, dándole y a la vez cargándole con ese poder. La felicidad depende totalmente de nuestra actitud y estado ante lo que nos toca vivir, en particular depende de que con nuestra actitud logremos evitar instalarnos en el ser victima, tener resentimiento, venganza, queja, orgullo, temor, avaricia, riqueza desmedida, pereza espiritual etcétera.
La felicidad en pareja depende de que permanezcamos en la fuerza real que viene de reconocer nuestra responsabilidad, nuestra capacidad de respuesta, de reconocer al otra persona, verlo como legitimo otro con toda su potencialidad y sus capacidades sin dudar de el/ella.
Yo tenía la creencia que el amor era el único fundamento de una pareja feliz y duradera. Pero luego la experiencia me enseñó que el amor no era suficiente para llegar a mi destino. Necesitaba un orden.
Los tres órdenes del amor en la pareja son: igualdad, equilibrio y respeto a los padres.
El orden de la igualdad
Dentro de los órdenes de la pareja, ya que este orden hace referencia al hecho de que ambos miembros tienen los mismos derechos y condición.
El orden de la igualdad el dolor y el conflicto nos ayuda a ambos a mirar la falta de reciprocidad que hay entre los dos a la hora de dar y recibir.
El orden del equilibrio
Una condición básica e importante en una buena relación es el equilibrio entre el dar y el recibir.
Cuando un miembro de la pareja da algo bueno al otro, esto genera una tensión o desequilibrio que crea en el otro la necesidad de compensar lo recibido. De este modo, cuando quien ha recibido da también algo bueno, siguiendo la necesidad de devolver o corresponder en lo recibido, la cadena del dar y del recibir sigue viva.
Y si uno da un poco más de lo que recibió, entonces se crea una nueva oportunidad del otro para dar. De esta manera se logra un buen intercambio en la relación.
Paradójicamente, esta tensión es la que posibilita que haya un equilibrio entre el dar y el tomar. Es así como los miembros de la pareja se ven inmersos en un «bucle virtuoso» por el que en ocasiones reciben, y en ocasiones dan.
Este segundo orden no solo consiste en el intercambio positivo que nutre ambos miembros, sino también en el intercambio negativo. en la pareja se da más de lo lindo y menos de lo negativo.
El orden del respeto hacia los padres
El tercer orden implica que, para abrirse a la relación de pareja, las mujeres tienen que haber aprendido a respetar a su madre y los hombres a su padre.
Si comparamos este orden con los de igualdad y equilibrio, puede parecer un orden menos importante, pero no respetarlo puede traer consecuencias negativas para la pareja.
Sucede que si las mujeres enjuician a sus madres, tampoco podrán respetar a los hombres; lo mismo sucede con los hombres: si no honran al padre, no podrán respetar a las demás mujeres.
Si tienes algún tipo de problema o conflicto en tu relación de pareja, podría serte útil hacerte estas preguntas:
¿Me siento como mujer alineada con la madre y con las mujeres de mi familia? ¿Consigo sentirme mujer a través de ellas? ¿Recibo de las mujeres de mi linaje la fuerza necesaria para ser la compañera de mi pareja?
¿Me siento como hombre alineado con el padre y con los hombres de mi familia? ¿Consigo sentirme hombre a través de ellos? ¿Recibo de los hombres de mi linaje la fuerza necesaria para ser el compañero de mi pareja?
Si estas preguntas no te resuenan, puedes preguntarte:
¿Con quién me siento todavía tan atada, tan atado; qué impide que mi energía esté disponible para mi pareja actual?
Puedo ayudarte en aprender como acomodar tus emociones si tienes relaciones conflictivas. Puedes tomar sesiones vía ONLINE o PRESENCIAL EN A CIUDAD DE MÉXICO.
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